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Agregación y gestión de la demanda de electricidad: el siguiente reto de la Transición
La Transición Energética nos lleva hacia un sistema en el que la electricidad que consumamos no vendrá solo de los saltos de agua, las placas solares, los parques eólicos, la biomasa o las centrales térmicas menos contaminantes.
La energía llegará a nuestras casas también desde sistemas de almacenamiento como baterías.
La energía llegará a nuestras casas también desde sistemas de almacenamiento como baterías, que guardarán los excedentes del autoconsumo, vehículos eléctricos, que se descargarán para inyectar energía a la red, o directamente de otros consumidores, que dejaran de gastar electricidad en momentos de mucha demanda, para que haya energía disponible en el sistema para otros.
Tradicionalmente, la producción de energía se ha ido ajustando a la demanda de electricidad: Si se preveía mayor demanda se proyectaban nuevas centrales.
En el día a día, REE (Red Eléctrica de España) ajusta la producción de las centrales eléctricas a la demanda de energía, en cada instante de cada hora, de cada día del año.
Hasta ahora esta es la manera de garantizar que cada vez que encendamos un interruptor tengamos luz en nuestras casas y todo funcione correctamente.
Pero con las fuentes de energía renovables que se instalarán masivamente para reducir las emisiones de gases contaminantes (fotovoltaica y eólica) esto no es posible: Son fuentes de energía “no gestionables”, por su propia naturaleza es imposible gestionar o controlar ni la cantidad de electricidad que producen ni cuándo la producen (cuándo sopla el viento o luce el sol).
¿Hacia dónde vamos?
Por tanto, si queremos un sistema de energía limpia, sostenible, pero también fiable y seguro, tenemos que cambiar el enfoque: como la producción de energía no va a poder adaptarse a la demanda con tanta facilidad, la solución será que la demanda se adapte a la producción.
El cambio de mentalidad es muy importante, porque adaptar la demanda a la electricidad disponible en cada momento (“flexibilizar la demanda”) implica variar nuestros hábitos de consumo, ser capaces de dejar de consumir en un momento de congestión en el sistema, implica trabajar para hacer cada vez más eficaz y más asequible el almacenamiento de electricidad… En definitiva, los consumidores ayudarán en la estabilidad del sistema, participando y utilizando nuevos servicios (llamados “de flexibilidad”), por los que el sistema les pagará, y que alguien deberá gestionar, un nuevo actor que desde Europa han denominado el “Agregador Independiente de Demanda”.
Este “Agregador” es una figura que ya empieza a funcionar a nivel local en algunos países, y que la Unión Europea ha incorporado en la regulación que deberá trasponerse a la normativa de cada estado miembro.
En nuestro país está prácticamente todo por hacer.
La teoría está clara, pero hay que resolver los detalles técnicos y normativos del “Agregador” y de su relación con los consumidores, a los que comprará “flexibilidad”, “agregando demanda” (electricidad que se venda desde baterías o que se deje de consumir en un momento de congestión en la red), y también la relación del “Agregador” con el mercado y las empresas eléctricas, que comprarán la electricidad que necesitan y que las centrales renovables no puedan producir en ese momento.
Como venimos comentando desde este blog, en el Grupo Agri-Energia tenemos muy claro que la Transición Energética es necesaria e imparable, y nos sentimos comprometidos con este cambio.
Por este motivo nos hemos unido a la asociación “ENTRA Agregación y Flexibilidad”, constituida hace un año, para anticipar la transición y colaborar con la implantación más justa y eficiente del modelo de flexibilización y gestión de la demanda de energía eléctrica que viene de Europa.
ENTRA será un eje más de nuestro trabajo, enfocado en hacer realidad un modelo energético más eficiente, solidario y sostenible para todos.
Avanzamos comprometidos hacia la transición energética.
El equipo de Agrienergia.